La Revolución francesa

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A finales del siglo XVIII, Francia era la monarquía más poderosa de Europa. Su economía progresaba y tenía una enorme influencia política, diplomática y cultural en el resto del continente. Luis XIV había tenido éxito en poner límite a las ambiciones de la aristocracia y logró un manejo más racionalizado del gobierno. Sin embargo, su hijo, Luis XV, era menos competente y durante su reinado y el de su sucesor, Luis XVI, la aristocracia monopolizó los altos cargos en la administración y la Iglesia.

Su presencia frenó los proyectos de reformas administrativas y económicas que podrían haber vulnerado sus privilegios, pero que eran necesarios para el desarrollo del comercio y la agricultura.

-Los Parlamentos retomaron el rol que habían perdido durante el gobierno de Luis XIV y se perpetuaron como el medio de expresión de las aspiraciones de la aristocracia, debilitando con ello el poder de la monarquía.

-La aristocracia se obstinaba en defender sus prerrogativas. La nobleza se había empobrecido, aun cuando una pequeña parte era extremadamente rica. En conformidad, sus privilegios, tales como el cobro de impuestos o el derecho a ocupar un cargo en la administración, le permitían sobrevivir económicamente.

-La burguesía reclamaba una mejor organización de la administración y una política económica que destrabara el progreso del comercio y la industria. Junto con los campesinos, aspiraban a una reducción del número de impuestos y a una racionalización del sistema fiscal.

Tanto Luis XV, como su hijo, Luis XVI, nombraron buenos ministros que, contagiados con las ideas de la Ilustración, propusieron políticas cuyo objetivo era modernizar el Estado. Sin embargo, la aristocracia se opuso y trabó dichas medidas, despertando la indignación de la burguesía. Un buen ejemplo es lo sucedido con Turgot, ministro de Luis XVI, que impulsó una serie de reformas dirigidas a la modernización del Estado:

-Explotar más eficazmente la tierra.

-Liberalizar el comercio.

-Mejorar la eficiencia de la administración.

-Poner fin a las trabas e iniquidades sociales que obstaculizaban el desarrollo de Francia.

-Una política fiscal más racional e igualitaria.

Sus medidas se enfrentaron a la tenaz oposición de la aristocracia y Luis XVI consintió en apartarlo del gobierno. Su salida demostró que la nobleza nunca permitiría las reformas a las que aspiraba la burguesía.

En el ámbito social, el sistema político y las divisiones de clases habían tendido a hacerse más nítidas y difíciles de traspasar. Para la burguesía era cada vez más difícil satisfacer sus aspiraciones de ascenso social. Aun cuando el dinero tenía gran importancia en la definición de las relaciones sociales, la nobleza continuó despreciando a la burguesía, más allá de su poder económico.

El estallido de los acontecimientos

En 1778 se inició en Francia una crisis económica que llevó a la miseria a las clases más populares e implicó una fuerte recesión para agricultores, comerciantes e industriales. En 1788 y 1789 la crisis se acentuó, provocando la indigencia del pueblo en las ciudades y en los campos y perjudicando, al mismo tiempo, los intereses de la burguesía. Los grupos populares y medios se unieron en su descontento contra el gobierno y exigieron disposiciones eficientes para dar solución a la crisis.

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El malestar general llegó a la irritación cuando la corona se declaró en bancarrota, a causa de su participación en la guerra de Independencia de Estados Unidos en contra de Gran Bretaña.

El rey se vio obligado a convocar a los Estados Generales, vale decir, una asamblea que convocaba la monarquía y en la cual participaban el clero, la nobleza y el Tercer Estado o Estado Llano. La reunión despertó una gran expectación. La aristocracia vio una oportunidad para recuperar parte de sus privilegios a cambio de su apoyo al monarca. Por su parte, la burguesía vislumbró la ocasión de realizar una reforma constitucional para remplazar el voto por estamento, por un voto individual de cada representante. Los delegados del Tercer Estado, conscientes de que su propuesta no tendría acogida, se separaron de los Estados Generales y convocaron una Asamblea Nacional para proponer una nueva constitución.

Las pretensiones de la burguesía amenazaban directamente el poder absoluto del rey, quien optó por ponerse del lado de la aristocracia y disolver la Asamblea Nacional. Sin embargo, esta fue defendida por el pueblo y los campesinos, quienes, con la toma de Bastilla el 14 de julio de 1789, dieron inicio a la Revolución francesa. La revolución se extendió a lo largo del país, transformando la monarquía absoluta, en un primer momento, en una monarquía constitucional.

Luego, la monarquía fue definitivamente abolida junto a los privilegios feudales de la aristocracia, proclamándose la República.

Las ideas de la Ilustración dieron una base filosófica e ideológica a las aspiraciones de la burguesía y del pueblo, que ya no se limitaron a pedir una participación en el sistema existente, sino un cambio de sistema. Lucharon por liberarse del poder opresor de la monarquía y la nobleza, estableciendo un nuevo orden constitucional que garantizara su participación efectiva en el gobierno.

Legado de la Revolución francesa

-Se inició un período en que el pueblo y la burguesía de muchos países del mundo lucharon por establecer gobiernos que representaran a todos los ciudadanos y que estuviesen regidos por una constitución. Con ella comenzó el fin de la sociedad aristocrática.

-Cambió la concepción que se tenía hasta ese momento de la sociedad y las relaciones entre los seres humanos. El poder ya no emanaba de Dios, sino de la nación francesa, constituida por el pueblo francés.

-La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano estableció, por primera vez, en un documento oficial, que todos los seres humanos son iguales y que los gobiernos no son patrimonio exclusivo de algunos, sino que deben velar por el bienestar y la felicidad de todos sus ciudadanos.

-Sirvió de modelo a todos los levantamientos que le siguieron en Europa y América. Muchas de sus enseñanzas fueron asimiladas por las distintas corrientes políticas e ideológicas contemporáneas. Para los partidarios de la revolución en otros países, los acontecimientos en Francia fueron la primera etapa del triunfo universal de la libertad.

La Revolución francesa despertó el temor de las monarquías a la insurrección en el resto de Europa. Los gobiernos de Inglaterra, Austria, Prusia y Rusia decidieron intervenir en Francia, presumiendo que este era el primer paso de un gran movimiento antimonárquico a escala continental. En 1792 se inició un largo período de guerra entre las monarquías europeas y la primera república francesa, que se inició con la declaración de guerra por parte de Francia y culminó con la caída de Napoleón en 1815 y el reestablecimiento de la monarquía. Pese a este paso atrás, el gobierno monárquico estaba en sus momentos finales.

Pese al importante legado que dejó la Revolución francesa, a las ideas de democracia e igualdad les quedaba un largo camino por recorrer. Por un lado, debían luchar con las antiguas tradiciones. Por otro, la burguesía europea bogaba en primer lugar a favor de sus propios intereses, y no los del pueblo, de las mujeres ni de las personas de otras etnias. El concepto de ciudadano con pleno derecho continuó estando limitado a los varones europeos e incluso a la posesión de alguna renta o propiedad. Todavía faltaba mucho para que los obreros, los campesinos, las mujeres y las personas de todas las razas fueran considerados iguales.

FUENTE: Historia y Ciencia Sociales. 3ro Medio

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789)

La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, de 1789, inspirada en la Declaración de Independencia estadounidense de 1776 y en los pricipios filosófico-políticos que se propagaban durante el siglo XVIII, marca el fin del Antiguo Régimen y el principio de una nueva era. Esta Declaración se suma a los decretos del 4 y el 11 de agosto de 1789 sobre la supresión de los derechos feudales, uno de los textos fundamentales votados por la Asamblea nacional constituyente, la cual fue formada tras la reunión de los Estados Generales durante la Revolución Francesa.

El principio de base de la Declaración fue adoptado antes del 14 de julio de 1789 y dio lugar a la elaboración de numerosos proyectos. Tras largos debates, los diputados votaron el texto final el día 26 de agosto. El Rey Luis XVI la ratificó el 5 de octubre, bajo presión de la Asamblea y el pueblo. Sirvió de preámbulo a la primera constitución de la Revolución Francesa, aprobada en 1791.

Adoptada por la Asamblea Constituyente francesa del 20 al 26 de agosto de 1789, aceptada por el Rey de Francia el 5 de octubre de 1789.

Los representantes del pueblo francés, que han formado una Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, la negligencia o el desprecio de los derechos humanos son las únicas causas de calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne estos derechos naturales, imprescriptibles e inalienables; para que, estando esta declaración continuamente presente en la mente de los miembros de la corporación social, puedan mostrarse siempre atentos a sus derechos y a sus deberes; para que los actos de los poderes legislativo y ejecutivo del gobierno, pudiendo ser confrontados en todo momento para los fines de las instituciones políticas, puedan ser más respetados, y también para que las aspiraciones futuras de los ciudadanos, al ser dirigidas por principios sencillos e incontestables, puedan tender siempre a mantener la Constitución y la felicidad general.

Por estas razones, la Asamblea Nacional, en presencia del Ser Supremo y con la esperanza de su bendición y favor, reconoce y declara los siguientes sagrados derechos del hombre y del ciudadano:

I. Los hombres han nacido, y continúan siendo, libres e iguales en cuanto a sus derechos. Por lo tanto, las distinciones civiles sólo podrán fundarse en la utilidad pública.

II. La finalidad de todas las asociaciones políticas es la protección de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre; y esos derechos son libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión.

III. La nación es esencialmente la fuente de toda soberanía; ningún individuo ni ninguna corporación pueden ser revestidos de autoridad alguna que no emane directamente de ella.

IV. La libertad política consiste en poder hacer todo aquéllo que no cause perjuicio a los demás. El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que los necesarios para garantizar a cualquier otro hombre el libre ejercicio de los mismos derechos; y estos límites sólo pueden ser determinados por la ley.

V. La ley sólo debe prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que no está prohibido por la ley no debe ser estorbado. Nadie debe verse obligado a aquello que la ley no ordena.

VI. La ley es expresión de la voluntad de la comunidad. Todos los ciudadanos tienen derecho a colaborar en su formación, sea personalmente, sea por medio de sus representantes. Debe ser igual para todos, sea para castigar o para premiar; y siendo todos iguales ante ella, todos son igualmente elegibles para todos los honores, colocaciones y empleos, conforme a sus distintas capacidades, sin ninguna otra distinción que la creada por sus virtudes y conocimientos.

VII. Ningún hombre puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento, excepto en los casos determinados por la ley, y de acuerdo con las formas por ésta prescritas. Todo aquél que promueva, solicite, ejecute o haga que sean ejecutadas órdenes arbitrarias, debe ser castigado, y todo ciudadano requerido o aprehendido por virtud de la ley debe obedecer inmediatamente, y se hace culpable si ofrece resistencia.

VIII. La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son evidentemente necesarias; y nadie debe ser castigado sino en virtud de una ley promulgada con anterioridad a la ofensa y legalmente aplicada.

IX. Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido convicto. Por lo tanto, siempre que su detención se haga indispensable, se ha de evitar por la ley cualquier rigor mayor del indispensable para asegurar su persona.

X. Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus ideas religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público establecido por la ley.

XI. Puesto que la comunicación sin trabas de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, teniendo en cuenta que es responsable de los abusos de esta libertad en los casos determinados por la ley.

XII. Siendo necesaria una fuerza pública para dar protección a los derechos del hombre y del ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las personas por quienes está constituida.

XIII. Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los demás gastos del gobierno, una contribución común, ésta debe ser distribuida equitativamente entre los miembros de la comunidad, de acuerdo con sus facultades.

XIV. Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a emitir voto libremente para determinar la necesidad de las contribuciones públicas, su adjudicación y su cuantía, modo de amillaramiento y duración.

XV. Toda comunidad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su conducta.

XVI. Toda comunidad en la que no esté estipulada la separación de poderes y la seguridad de derechos necesita una Constitución.

XVII. Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie deberá ser privado de él, excepto en los casos de necesidad pública evidente, legalmente comprobada, y en condiciones de una indemnización previa y justa.

FUENTE:

https://democraciaparticipativa.net/documentos-data-a-referenda/documentos-en-espanol/documentos-sobre-derechos-humanos/10371-declaracion-de-los-derechos-del-hombre-y-del-ciudadano-1789.html

 

La Paz de Versalles

La paz con Alemania es finalmente concluida por medio del Tratado de Versalles. Se establece en él que Alemania devolverá a Francia los territorios de Alsacia-Lorena, cederá a Bélgica dos cantones fronterizos, a Polonia la Poznania y un territorio de población polaca destinado a formar una especie de “corredor” que permita a Polonia el acceso al mar. Por plebiscitos entre la población, se decidiría la suerte de la Alta Silesia y del territorio de Schleswig del Norte, en la frontera con Dinamarca.

Todas las colonias alemanas habían sido ocupadas por los ejércitos aliados. Las potencias de la Entente se las repartirán. Inglaterra recibe la zona oriental de Africa, la Unión Sudafricana y el sudoeste africano; Bélgica, el territorio de Ruanda Urundi. Francia e Inglaterra se reparten el Camerún y Togo. Las colonias alemanas del Pacífico se dividen entre Australia y Japón.

Esta paz, evidentemente dura para Alemania, agregó indem­nizaciones de guerra que no fueron directamente estipuladas, pero que en principio suponían la entrega de la flota mercante alemana y de abastecimientos de materias primas, fundamentalmente carbón. Para destruir el militarismo alemán, los aliados estable­cieron la abolición del servicio militar obligatorio en Alemania, la supresión de la aviación y de la artillería pesada y la limitación del ejército a la cifra de 100 000 hombres. Para salvaguardar la frontera francesa, se exigió la ocupación, por los ejércitos aliados, de la orilla izquierda del Rhin durante 15 años, suponiéndose una evacuación progresiva cada cinco. Ambas márgenes del Rhin serían desmilitarizadas; las minas del Sarre pasarían a Francia.

Los términos de la paz con Alemania son explicables si se tienen en cuenta los intereses de cada potencia vencedora. Francia estaba apremiada por dos problemas básicos: por un lado, la reconstrucción de su economía; por otro, la seguridad de su territorio. La guerra se había desarrollado fundamentalmente en territorio francés, devastándolo casi completamente y dando a los franceses la convicción de que habían afrontado el conflicto prácticamente solos, gracias a su esfuerzo militar. Era esencial asegurar garantías territoriales y diplomáticas que afirmaran la obtención de ambos fines, económicos y políticos.

Por otra parte, Gran Bretaña, aunque cuidadosa de no dar ocasión a que se formara una potencia hegemónica en la Europa continental, sólo se interesaba en la medida en que su comercio pudiera ser restringido. No pretendía un parcelamiento de Alema­nia, que aumentaría el poder de Francia e impediría que los alemanes poseyeran la capacidad económica necesaria para com­prar a Inglaterra sus productos industriales. Tampoco veía conve­niente que se los dejara demasiado libres para establecer relaciones comerciales con Rusia y atraerlos hacia sus centros financieros.

Los Estados Unidos manifestaron su desinterés en cuanto a beneficios inmediatos económicos, territoriales o políticos. Sólo se empeñaron en evitar el resurgimiento del militarismo alemán, ase­gurando a Francia e Inglaterra una victoria que les permitiera llevar adelante sus vínculos económicos y financieros con América y que a la vez no otorgara ninguna ventaja a Rusia.

La Paz de Versalles trató de conciliar, en general, los intereses de los aliados y significó para Francia la posibilidad de lograr sus objetivos de reconstrucción y seguridad.

El tratado de Saint-Germain establecía las condiciones de paz con Austria; el de Trianón, con Hungría; el de Neuilly con Bulgaria y el de Sèvres con Turquía.

El 28 de abril de 1919, los aliados se pusieron de acuerdo sobre las bases de una Sociedad de Naciones.

La caída de tres grandes imperios europeos avivó la exaltación del sentimiento nacional de los diversos pueblos de la Europa Central. De acuerdo con los principios wilsonianos, los territorios que pertenecían a Austria-Hungría fueron divididos en siete Estados, de los cuales dos, Checoslovaquia y Polonia, eran nuevos. Las fronteras se establecieron penosamente entre una nacionalidad y otra. Así, se intentó separar a los alemanes de los magiares, a los italianos de los yugoeslavos, a los polacos de los checos. Austria se redujo a los Alpes orientales y a una pequeña región del valle del Danubio. Hungría quedó a su vez reducida a un territorio algo más grande que el de Austria, en la llanura del Danubio. Ambas naciones quedaban muy limitadas en territorio y población. La primera contaba con 80 mil km2 y 6 millones de habitantes, la segunda con 90 mil km2 y 8 millones de habitantes.

El nuevo Estado checoslovaco comprendía Bohemia, Moravia, Eslovaquia y Rutenia. Yugoeslavia comprendía, además del terri­torio serbio, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia, Dalmacia y Croacia. Polonia recibía del imperio el territorio de Galitzia. Italia, a su vez, recibía el Trentino y el puerto de Trieste. Rumania se quedaba con el territorio húngaro de Transilvania, y Grecia con el búlgaro de Tracia. Los Estados que por la paz de Brest-Litovsk habían sido separados de Rusia -Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania— prosiguieron su vida independiente, actuando como “Estados tapones” para evitar la infiltración socialista en Occidente.

En el Cercano Oriente la desaparición del Imperio Otomano mantuvo para Turquía un pequeño territorio que rodeaba a Constantinopla; todas las regiones que conformaban el imperio se transformaron en Estados independientes como Arabia, o en protectorados administrados por Francia, como Siria, o por Gran Bretaña, como Palestina y Mesopotamia. Indudablemente, Gran Bretaña, con todos los territorios mencionados bajo su influencia, con su protectorado sobre Egipto y con el control de las rutas de Suez y de la India, aseguró su penetración marítima y terrestre hacia el Oriente, además de recursos petrolíferos muy importantes.

FUENTE:

GARCIA BOUZAS DE BRUNETTO, Raquel. La Primera Guerra Mundial

Germán Busch (1904-1939)

Busch es un hombre unido a la leyenda. Fue un valiente oficial en el Chaco. Temerario y heroico en decenas de episodios de la guerra. Impulsivo y de carácter cambiante. Ejerció liderazgo entre sus camaradas y dominó el escenario político boliviano desde 1936 hasta su trágica muerte.

Nació en San Javier (Santa Cruz) el 23 de marzo de 1904. Ingresó al colegio militar en 1922. Logró el grado de subteniente en 1929 y fue ayudante de órdenes del estado mayor general. Fue ascendido a teniente después de sus exploraciones por el Chaco antes de la guerra. En la contienda fue destinado al escuadrón 6to. de caballería. Fue ascendido a capitán por su valentía en varias acciones de la campaña. Participó en tres golpes de estado. En 1934 derrocó a Salamanca junto a otros jefes y oficiales. En 1936 derrocó a Tejada Sorzano y entregó el poder a Toro y en 1937 derrocó a Toro. Asumió la presidencia a los 33 años. En 1938 fue elegido Presidente constitucional por la asamblea constituyente y en 1939 se declaró dictador. Se suicidó siendo Presidente el 23 de agosto de 1939.

Fuente: https://www.educa.com.bo/1936-1952-viejo-orden/german-busch-1904-1939

 

Emilio Villanueva (1884-1970)

Villanueva es, sin duda, el arquitecto más destacado de Bolivia en la primera mitad del siglo XX. No sólo por su obra arquitectónica, sino porque es el padre del urbanismo contemporáneo y el creador de la primera facultad de arquitectura del país en la universidad de La Paz. Estilísticamente Villanueva pasó por el academicismo ortodoxo, la búsqueda de una arquitectura nacional y la adscripción final al racionalismo.

Nació en La Paz el 28 de noviembre de 1884. Estudió en Chile donde se tituló como ingeniero arquitecto. Realizó los más importantes edificios de La Paz entre 1915 y 1950. Fue concejal de La Paz, diseñó la avenida Mariscal Santa Cruz (1914) y el barrio de Miraflores (1927). Fue rector de la Universidad Mayor de San Andrés y ministro de Instrucción de Siles. Los edificios más destacados que proyectó son el Hospital General de La Paz (1916), la Alcaldía Paceña (1925) (probablemente el mejor edificio de estilo francés del país) y el Banco Central (1926). Pero su trabajo creativo culminó con el Estadio Hernando Siles (1930) y su obra maestra el Monoblock Central de la Universidad Mayor de San Andrés (1948), definido como neotiahuanacota, es un referente indiscutido de la arquitectura de inspiración nacionalista.

Como autor original y de gran personalidad, en un esquema racionalista de vigor propio, está Ivica F. Krsul, cuya obra básica es el Edificio Krsul (La Paz) de 1945. En la arquitectura neocolonial trabajó Mario del Carpió, autor del edificio de la CNSS (1948) y de la Casa de Rafael Qisbert de San Jorge en La Paz (1949).

Fuente:

https://www.educa.com.bo/cultura-1880-1952/emilio-villanueva-1884-1970


Más información en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Emilio_Villanueva_Pe%C3%B1aranda

La escuela Ayllu de Warisata

La escuela Ayllu de Warisata es un hermoso y motivador ejemplo de educación rural que por su creatividad es digno de imitar por los pueblos.

Hace ochenta años, en el atardecer del día 2 agosto de 1931, Avelino Siñani, campesino y arriero aimara, y Elizardo Pérez, profesor rural, se estrechaban en un abrazo jubiloso: Había concluido la faena comunal con que se iniciaba la construcción del local de una escuela para niños de Warisata, en el norte de Bolivia.

Aunque los unía el mismo sueño, probablemente no imaginaban entonces que, al cabo de pocos años, la escuela que fundaban se convertiría en la mayor experiencia de educación rural en América Latina.

No obstante el brillo estelar de Warisata, su creación no constituyó un hecho aislado en el continente. Durante la primera mitad del siglo XX, los pueblos indígenas andinos lucharon ardorosamente por conseguir escuelas para sus niños.

En una época en que dominaba el caciquismo en el campo, hubo líderes y maestros indígenas que sufrieron persecución y amedrentamiento por el solo hecho de fundar una escuela o gestionar la creación de un centro escolar.

Uno de estos líderes fue  Avelino Siñani, que aprendió a leer y escribir a ocultas del hacendado y se propuso compartir ese saber con los niños aimaras de su comunidad en una humilde “escuela” que él mismo creó en 1919.

Años después, Siñani conoció al profesor Elizardo Pérez, que había sido enviado por el gobierno boliviano para trabajar en la región. Unidos por una misma visión, comenzaron  la tarea de construir una escuela para Warisata.

Siñani contaba ya con el respeto de su comunidad, y Elizardo Pérez se lo fue ganado por el empeño que ponía en la labor. Con ellos al frente, y cada vez con mayor participación de las comunidades aimaras de Sorata, se fue levantando la escuela con un modelo educativo de veras innovador.

El edificio mismo habría de tener en pocos años una estructura inusual. Además de las aulas y un ambiente para la dirección,  tenía un pabellón de internado con cinco dormitorios, con capacidad para 150 personas. Contaba también con ambientes para talleres de carpintería, tejidos, alfombras, herrería, y un terreno extenso para el huerto.

En medio de los edificios, un patio con jardines donde florecían gladiolos y kantutas.  El espíritu creador de los dos líderes, uno campesino, el otro citadino, animó a los comuneros.

Las crónicas que describen la empresa varían un tanto, pero todas hablan de jornadas intensas de trabajo colectivo con tradición comunal, por turnos, con ceremonias y cantos acompañados de tarkas y pinkillus.

El principio no fue feliz. Tuvieron que pasar semanas para conseguir que los comuneros vencieran sus recelos y se sumaran al esfuerzo de los dos pioneros, que, solos, comenzaron a preparar el terreno.  Mientras se avanzaba con la construcción, pared por pared, techo por techo, se desarrollaban las labores escolares con una población que concertaba sus tiempos para estudiar y trabajar en sus campos, como es tradición en el Ande.

En ocasiones, las comunidades cercanas prestaban su apoyo. Carlos Salazar Mostajo, que fue profesor en Warisata, recuerda emocionado la faena comunal realizada en cinco días para reabrir un acueducto “inkaico” que llevaría agua al huerto y las chacras de la escuela desde las lejanas faldas del Illampu, nevado protector de Sorata.

La escuela de Warisata se fue perfilando como distinta a las demás. El edificio que la albergaba no fue construido siguiendo un molde general de las escuelitas indígenas bolivianas. No; fue erigido para ser un ambiente de trabajo y aprendizaje, para acciones distantes de la rutina donde, en medio del silencio andino, se escucha el coro de niños que repiten una lección.

Tampoco iba a ser –no lo fue- un lugar que permanecería vacío en ciertos días y épocas. En Warisata no había “vacaciones escolares”: se trabajaba todo el año, en consonancia con el calendario productivo de la comunidad, y las labores no terminaban pasado el medio día, como se acostumbra en los sistemas escolares, porque siempre había alumnos y maestros trabajando aun llegada la noche.

Esto sucedía porque Warisata no era solamente una escuela de niños. Allí, junto los pequeños de Jardín (de 4 a 7 años) y los de la sección Elemental (hasta los 10 u 11 años), concurrían los jovencitos de la sección Vocacional, y, finalmente, escogidos entre los mejores, los de la Profesional, una de cuyas secciones era la Normal, de la cual egresaron maestros rurales que dejaron huella en muchos lugares del helado altiplano boliviano.

Por los años en que existió Warisata, los planes de estudio del sistema boliviano eran concisos, con rubros más bien generales. Esto permitió que en la escuela se desarrollaran programas propios ligados a la realidad campesina del norte boliviano, con acciones ejecutadas muy cerca de la comunidad y con participación de la misma. Un año no era igual a otro, porque los asuntos cambiaban.

Años después, se acusaría a los maestros de Warisata de no tener una planificación en regla, como lo disponían las autoridades de La Paz. Muy difícil debió ser para los maestros de Warisata el intento de encasillar en documentos administrativos lo que se hacía en una verdadera escuela de trabajo, ámbito donde los aprendizajes escolares se entretejían con las labores de producción agrícola o artesanal.

Una granizada podía hacer que todos abandonaran sus lechos para salvar a medianoche los almácigos, suceso que sería examinado después para ganar experiencia; la rotura de un eje podía quebrantar la rutina de producción en un taller y dar lugar a explicaciones de mecánica; la floración de la quinua, la limpieza de una acequia, el nacimiento de un ternero, todo podía ser ocasión de aprendizaje, para los comuneros mayores de manos encallecidas y para los niños y adolescentes, que seguían siendo el centro de la atención pedagógica.

La escuela de Warisata hizo realidad  las normas del Estatuto Orgánico de la Educación Indigenal, aprobado en 1919, que contenía ideas avanzadas para su época; pero las llevó más allá.

No estaba previsto en el Estatuto que Warisata llegaría a tener un personal de 54 personas, conformado no solo por profesores sino también por “maestros” de labores productivas, músicos, poetas, “curiosos”.

Dos escritores puneños y un artista cusqueño se cuentan entre el personal que laboró en la escuela, a la que llegaron también José Antonio Encinas 2 y Gamaliel Churata.

Tampoco estaba previsto que los comuneros intervendrían en el gobierno de la escuela, como en efecto sucedió desde que fue conformado un Consejo de Administración integrado con autoridades comunales, y que actuaba siguiendo las normas tradicionales para tomar acuerdos y hacerlos cumplir.

La escuela de Warisata pronto se convirtió en el centro de un núcleo conformado con  tres escuelas más, dos unidocentes y una polidocente incompleta, que recibieron su influjo saludable. Años después, el número de escuelas integrantes del núcleo se elevó a 33.

Y así, con una escuela central y escuelas seccionales en torno, se constituyó un modelo de organización valioso para el altiplano, donde la dispersión de las poblaciones da lugar a pequeñas instituciones escolares también dispersas y aisladas.

Luis E. Valcárcel, que fue Ministro de Educación (1945,1946-1947) del Presidente Bustamante-  daría después un gran impulso a los Núcleos Escolares Campesinos, de los cuales puede ser precursor al núcleo escolar de Warisata.

En un medio social hostil a la educación del indígena, la escuela Ayllu no fue vista con buenos ojos.  Se tiene noticia de muchos actos en contra, inspirados por los intereses de los gamonales y mineros de la época.

Por orden de uno de ellos fue destruido el acueducto antiquísimo; el hermano de Elizardo Pérez, que llevaba en mulas de arriero útiles escolares para Warisata, fue tomado preso acusado de delincuente; las autoridades de educación de la capital desaprobaban la gestión pedagógica y administrativa de la escuela; los profesores fueron acusados por la prensa de conspiración comunista; hasta se decía que Warisata era causa de la migración de campesinos a las ciudades, puesto que ya conocían otros oficios.

La escuela Ayllu resistió nueve años y pudo avanzar mientras contó con algún soporte gubernamental y con el  reconocimiento internacional.

El Presidente Germán Bush, el último en apoyar a Warisata, decretó que el 2 de agosto, aniversario de Warisata, fuera considerado como el Día del Indio; la ley de Reforma Agraria de 1953 fue promulgada un 2 de agosto, y ese día es ahora, por decisión del gobierno presidido por Evo Morales, Día de los Pueblos Originarios.

Al margen de los homenajes, mucho es lo que podemos aprender de la experiencia de la escuela Ayllu de Warisata, pero lo más importante tal vez sea esto: La educación rural es posible en la medida en que tenga perfiles propios y no sea mero calco de la educación urbana.

Para ello se necesita creatividad, compromiso y osadía, calidades que tuvieron los conductores de Warisata durante los nueve años que la escuela pudo sobrevivir.

Los Principios Pedagógicos de Warisata.

En cuanto a lo pedagógico, Warisata postuló:

  • La Escuela productiva.
  • El trabajo colectivo solidario.
  • El aprendizaje cooperativo y el aprender-haciendo.
  • La vinculación con la comunidad para favorecer el aprender-produciendo. La escuela del trabajo productivo, social, creador de riqueza para la escuela y para la comunidad.
  • La ayuda mutua, entre maestros y alumnos, alumnos entre sí, comunidad-escuela, bajo la dirección de los docentes.
  • La supresión del horario escolar y la supresión de los exámenes.
  • Reducción del tiempo de escolaridad y la coeducación, sin discriminación de sexos.
  • Educación Bilingüe.
  • Desarrollo de cualidades y aptitudes psicomotoras, mediante la plástica, la música y la educación física.
  • Supresión de aquellos contenidos que no respondan a las necesidades de los campesinos.
  • Alimentación e higiene como base para el desarrollo mental.
  • Supresión de las vacaciones anuales. Solamente se daba permiso para ausentarse en tiempo de siembra y de cosechas para ayudar a los padres.

FUENTES:

http://www.educando.edu.do/articulos/docente/la-escuela-boliviana-de-ayllu-de-warisata/

http://edu-boli.blogspot.com/p/escuela-ayllu-de-warisata.html