El terremoto de Aiquile, Totora y Mizque

Magnitud 6.6 en escala de Richter

A las 12.36 de la madrugada del viernes 22 de mayo se produjo un colosal movimiento de rocas en la corteza terrestre, 40 kilómetros bajo la superficie de la región sur del departamento de Cochabamba, con epicentro 50 kilómetros al nor-oeste de Aiquile, entre las localidades de Chujllas y Totora.

El hecho, generado por el choque interior de placas tectónicas, liberó dentro de la tierra más energía que las producidas por 10 mil bombas atómicas como las lanzadas en la segunda guerra mundial, provocando fisuras en la tierra de hasta 1.75 metros de profundidad. El primer sismo tuvo una magnitud de 5.9 grados de la escala de Richter. 13 minutos más tarde, a las 12.49, la tierra volvió a temblar, esta vez con un terremoto de 6.6 grados, el más fuerte de la historia boliviana.

En los municipios de Aiquile y Totora, del Valle Alto cochabambino, donde unas 40.000 personas se encontraban descansando en sus casas, el sismo provocó muerte y desolación. Los movimientos telúricos produjeron, en medio de la noche, la muerte inmediata de unas 60 personas. Otras cinco morirían en las siguientes horas a causa de sus heridas o por falta de atención. 49 personas resultaron heridas, aunque decenas más sufrieron contusiones.

La localidad más afectada fue Aiquile, que, antes de la tragedia, tenía 1.130 casas, de las que 520 resultaron destruidas por el sismo y luego derribadas completamente por tractores y retroexcavadoras. Mizque también sintió el temblor. Un 90 por ciento de sus casas fue dañado, con un tercio del total que debe ser derribado.

El Presidente boliviano, general Hugo Banzer Suárez, tuvo el primer parte del terremoto en la madrugada, cuando lo despertó una llamada de su Ministro de Defensa, Fernando Kieffer. En ese momento, sin embargo, no se conocía todavía la real magnitud de la tragedia. Unas horas más tarde, el Presidente suspendió la reunión de gabinete prevista para ese día y anunció que viajaría a Aiquile. Entonces se sabía solamente de la existencia de dos muertos; Banzer, sin embargo, temía que el desastre fuera mayor. Antes de partir, Banzer anunció a las autoridades de Chuquisaca que no viajaría para participar en los actos de homenaje a la efeméride departamental, considerando la emergencia.

En Sucre, el prefecto y el alcalde, en una reunión de evaluación, decidieron suspender las celebraciones. El 25 de mayo, tres días después de la tragedia, y a 189 años del primer grito libertario de América, los sucrenses asistieron sólo a una misa, en la que rezaron por los muertos del terremoto. Antes que ellos, la embajadora argentina había suspendido a última hora un cóctel que debía realizarse en homenaje a la independencia de su país. Los cinco mil dólares que pensaba gastar en el agasajo fueron enviados a Defensa Civil.

No pensó lo mismo la asociación de conjuntos folclóricos de la entrada del Gran Poder. Pese a los pedidos de la población para que la fiesta sea suspendida hasta el próximo año, sus organizadores sólo la pospusieron hasta el 4 de julio próximo.

Banzer sobrevoló el viernes la zona afectada en helicóptero, acompañado por Kieffer y el Prefecto de Cochabamba, Johnny Ferrel. También recorrió las calles de Aiquile, con el rostro afectado por la impresión. Ayudó a algunos de los damnificados y prometió más apoyo. Para entonces ya se sabía que los fallecidos sobrepasaban el medio centenar. Esa tarde, al retornar a La Paz, convocó a todos sus ministros para el día siguiente.

La ayuda empezó a llegar a las zonas afectadas la misma mañana del viernes. 17 aviones, 60 paracaidistas y decenas de soldados, policías, médicos, enfermeros y diverso personal de apoyo se dirigieron a las localidades damnificadas, especialmente Aiquile.

Toda la zona seguía temblando, lo que provocó temor e inseguridad. 1.200 réplicas se sintieron en los primeros días, diez de las cuales superaron los 5.0 grados en la escala de Richter.

El sábado 23, el Presidente y sus ministros aprobaron la declaratoria de “zona de desastre” a las provincias Carrasco (capital Totora), Campero (capital Aiquile) y Mizque (capital Mizque) y duelo nacional de tres días. El Ministro de Hacienda, Edgar Millares, les informó a sus colegas que se habían dispuesto 30 millones de bolivianos de uso inmediato para los damnificados, tomados de la partida “gastos de emergencia” del Presupuesto General de la Nación.

El Presidente anunció que al día siguiente participaría en una misa de campaña en Aiquile y que consideraba importante que sus ministros fueran con él. Y mientras el Jefe de Estado y su gabinete recibían en La Paz el informe pormenorizado de la situación en Aiquile y Totora por parte del ministro Kieffer, los aiquileños enterraban a sus muertos. Algunos usaron las veredas para velar a sus seres queridos, mientras otros prefirieron los salones de una de las escuelas de la localidad. Obviamente, nunca se habían producido en el cementerio tantas Inhumaciones en un día. 41 cuerpos fueron sepultados ante la congoja de sus familiares y amigos. Si no hubiera sido por el envío de ataúdes, éstos hubieran faltado en el pueblo. Justamente, el avión CP607 de la FAB, un DC-3 del año 42, con diez personas a bordo y llevando féretros, se salió de la pista de Aiquile en el momento de aterrizar y chocó contra unos matorrales, causando temor a sus ocupantes, aunque ningún daño personal. No sería el único accidente. El lunes 25, un Cessna sufrió el freno imprevisto del tren delantero, lo que provocó el vuelco del avión pero ninguna lesión a sus dos ocupantes.

El Presidente peruano, Alberto Fujimori, llegó el sábado 23 en la noche a Cochabamba, donde se reunió con su colega boliviano. Fujimori trajo consigo un helicóptero -que donó al país- con 1.8 toneladas de vituallas y víveres, y un contingente de 30 periodistas, para que documenten los acontecimientos.

Ambos presidentes viajaron a Aiquile el domingo. A la misa anunciada por Banzer se sumaba el mandatario peruano. “Vamos a reconstruir Aiquile”, les dijo Fujimori a los entristecidos pobladores de Aiquile. “Mi país tiene experiencia en este tipo de situaciones y no los dejaremos solos”. Junto a su colega boliviano y a todos los ministros del gabinete participó de la misa, para luego recorrer las calles e involucrarse en la organización de la ayuda. Banzer anunció que el gobierno daría todo su respaldo para reconstruir el pueblo.

Fuente. Terremoto. La noche más larga. Reportaje de Raul Peñaranda U.

Emilio Villanueva (1884-1970)

Villanueva es, sin duda, el arquitecto más destacado de Bolivia en la primera mitad del siglo XX. No sólo por su obra arquitectónica, sino porque es el padre del urbanismo contemporáneo y el creador de la primera facultad de arquitectura del país en la universidad de La Paz. Estilísticamente Villanueva pasó por el academicismo ortodoxo, la búsqueda de una arquitectura nacional y la adscripción final al racionalismo.

Nació en La Paz el 28 de noviembre de 1884. Estudió en Chile donde se tituló como ingeniero arquitecto. Realizó los más importantes edificios de La Paz entre 1915 y 1950. Fue concejal de La Paz, diseñó la avenida Mariscal Santa Cruz (1914) y el barrio de Miraflores (1927). Fue rector de la Universidad Mayor de San Andrés y ministro de Instrucción de Siles. Los edificios más destacados que proyectó son el Hospital General de La Paz (1916), la Alcaldía Paceña (1925) (probablemente el mejor edificio de estilo francés del país) y el Banco Central (1926). Pero su trabajo creativo culminó con el Estadio Hernando Siles (1930) y su obra maestra el Monoblock Central de la Universidad Mayor de San Andrés (1948), definido como neotiahuanacota, es un referente indiscutido de la arquitectura de inspiración nacionalista.

Como autor original y de gran personalidad, en un esquema racionalista de vigor propio, está Ivica F. Krsul, cuya obra básica es el Edificio Krsul (La Paz) de 1945. En la arquitectura neocolonial trabajó Mario del Carpió, autor del edificio de la CNSS (1948) y de la Casa de Rafael Qisbert de San Jorge en La Paz (1949).

Fuente:

https://www.educa.com.bo/cultura-1880-1952/emilio-villanueva-1884-1970


Más información en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Emilio_Villanueva_Pe%C3%B1aranda

La escuela Ayllu de Warisata

La escuela Ayllu de Warisata es un hermoso y motivador ejemplo de educación rural que por su creatividad es digno de imitar por los pueblos.

Hace ochenta años, en el atardecer del día 2 agosto de 1931, Avelino Siñani, campesino y arriero aimara, y Elizardo Pérez, profesor rural, se estrechaban en un abrazo jubiloso: Había concluido la faena comunal con que se iniciaba la construcción del local de una escuela para niños de Warisata, en el norte de Bolivia.

Aunque los unía el mismo sueño, probablemente no imaginaban entonces que, al cabo de pocos años, la escuela que fundaban se convertiría en la mayor experiencia de educación rural en América Latina.

No obstante el brillo estelar de Warisata, su creación no constituyó un hecho aislado en el continente. Durante la primera mitad del siglo XX, los pueblos indígenas andinos lucharon ardorosamente por conseguir escuelas para sus niños.

En una época en que dominaba el caciquismo en el campo, hubo líderes y maestros indígenas que sufrieron persecución y amedrentamiento por el solo hecho de fundar una escuela o gestionar la creación de un centro escolar.

Uno de estos líderes fue  Avelino Siñani, que aprendió a leer y escribir a ocultas del hacendado y se propuso compartir ese saber con los niños aimaras de su comunidad en una humilde “escuela” que él mismo creó en 1919.

Años después, Siñani conoció al profesor Elizardo Pérez, que había sido enviado por el gobierno boliviano para trabajar en la región. Unidos por una misma visión, comenzaron  la tarea de construir una escuela para Warisata.

Siñani contaba ya con el respeto de su comunidad, y Elizardo Pérez se lo fue ganado por el empeño que ponía en la labor. Con ellos al frente, y cada vez con mayor participación de las comunidades aimaras de Sorata, se fue levantando la escuela con un modelo educativo de veras innovador.

El edificio mismo habría de tener en pocos años una estructura inusual. Además de las aulas y un ambiente para la dirección,  tenía un pabellón de internado con cinco dormitorios, con capacidad para 150 personas. Contaba también con ambientes para talleres de carpintería, tejidos, alfombras, herrería, y un terreno extenso para el huerto.

En medio de los edificios, un patio con jardines donde florecían gladiolos y kantutas.  El espíritu creador de los dos líderes, uno campesino, el otro citadino, animó a los comuneros.

Las crónicas que describen la empresa varían un tanto, pero todas hablan de jornadas intensas de trabajo colectivo con tradición comunal, por turnos, con ceremonias y cantos acompañados de tarkas y pinkillus.

El principio no fue feliz. Tuvieron que pasar semanas para conseguir que los comuneros vencieran sus recelos y se sumaran al esfuerzo de los dos pioneros, que, solos, comenzaron a preparar el terreno.  Mientras se avanzaba con la construcción, pared por pared, techo por techo, se desarrollaban las labores escolares con una población que concertaba sus tiempos para estudiar y trabajar en sus campos, como es tradición en el Ande.

En ocasiones, las comunidades cercanas prestaban su apoyo. Carlos Salazar Mostajo, que fue profesor en Warisata, recuerda emocionado la faena comunal realizada en cinco días para reabrir un acueducto “inkaico” que llevaría agua al huerto y las chacras de la escuela desde las lejanas faldas del Illampu, nevado protector de Sorata.

La escuela de Warisata se fue perfilando como distinta a las demás. El edificio que la albergaba no fue construido siguiendo un molde general de las escuelitas indígenas bolivianas. No; fue erigido para ser un ambiente de trabajo y aprendizaje, para acciones distantes de la rutina donde, en medio del silencio andino, se escucha el coro de niños que repiten una lección.

Tampoco iba a ser –no lo fue- un lugar que permanecería vacío en ciertos días y épocas. En Warisata no había “vacaciones escolares”: se trabajaba todo el año, en consonancia con el calendario productivo de la comunidad, y las labores no terminaban pasado el medio día, como se acostumbra en los sistemas escolares, porque siempre había alumnos y maestros trabajando aun llegada la noche.

Esto sucedía porque Warisata no era solamente una escuela de niños. Allí, junto los pequeños de Jardín (de 4 a 7 años) y los de la sección Elemental (hasta los 10 u 11 años), concurrían los jovencitos de la sección Vocacional, y, finalmente, escogidos entre los mejores, los de la Profesional, una de cuyas secciones era la Normal, de la cual egresaron maestros rurales que dejaron huella en muchos lugares del helado altiplano boliviano.

Por los años en que existió Warisata, los planes de estudio del sistema boliviano eran concisos, con rubros más bien generales. Esto permitió que en la escuela se desarrollaran programas propios ligados a la realidad campesina del norte boliviano, con acciones ejecutadas muy cerca de la comunidad y con participación de la misma. Un año no era igual a otro, porque los asuntos cambiaban.

Años después, se acusaría a los maestros de Warisata de no tener una planificación en regla, como lo disponían las autoridades de La Paz. Muy difícil debió ser para los maestros de Warisata el intento de encasillar en documentos administrativos lo que se hacía en una verdadera escuela de trabajo, ámbito donde los aprendizajes escolares se entretejían con las labores de producción agrícola o artesanal.

Una granizada podía hacer que todos abandonaran sus lechos para salvar a medianoche los almácigos, suceso que sería examinado después para ganar experiencia; la rotura de un eje podía quebrantar la rutina de producción en un taller y dar lugar a explicaciones de mecánica; la floración de la quinua, la limpieza de una acequia, el nacimiento de un ternero, todo podía ser ocasión de aprendizaje, para los comuneros mayores de manos encallecidas y para los niños y adolescentes, que seguían siendo el centro de la atención pedagógica.

La escuela de Warisata hizo realidad  las normas del Estatuto Orgánico de la Educación Indigenal, aprobado en 1919, que contenía ideas avanzadas para su época; pero las llevó más allá.

No estaba previsto en el Estatuto que Warisata llegaría a tener un personal de 54 personas, conformado no solo por profesores sino también por “maestros” de labores productivas, músicos, poetas, “curiosos”.

Dos escritores puneños y un artista cusqueño se cuentan entre el personal que laboró en la escuela, a la que llegaron también José Antonio Encinas 2 y Gamaliel Churata.

Tampoco estaba previsto que los comuneros intervendrían en el gobierno de la escuela, como en efecto sucedió desde que fue conformado un Consejo de Administración integrado con autoridades comunales, y que actuaba siguiendo las normas tradicionales para tomar acuerdos y hacerlos cumplir.

La escuela de Warisata pronto se convirtió en el centro de un núcleo conformado con  tres escuelas más, dos unidocentes y una polidocente incompleta, que recibieron su influjo saludable. Años después, el número de escuelas integrantes del núcleo se elevó a 33.

Y así, con una escuela central y escuelas seccionales en torno, se constituyó un modelo de organización valioso para el altiplano, donde la dispersión de las poblaciones da lugar a pequeñas instituciones escolares también dispersas y aisladas.

Luis E. Valcárcel, que fue Ministro de Educación (1945,1946-1947) del Presidente Bustamante-  daría después un gran impulso a los Núcleos Escolares Campesinos, de los cuales puede ser precursor al núcleo escolar de Warisata.

En un medio social hostil a la educación del indígena, la escuela Ayllu no fue vista con buenos ojos.  Se tiene noticia de muchos actos en contra, inspirados por los intereses de los gamonales y mineros de la época.

Por orden de uno de ellos fue destruido el acueducto antiquísimo; el hermano de Elizardo Pérez, que llevaba en mulas de arriero útiles escolares para Warisata, fue tomado preso acusado de delincuente; las autoridades de educación de la capital desaprobaban la gestión pedagógica y administrativa de la escuela; los profesores fueron acusados por la prensa de conspiración comunista; hasta se decía que Warisata era causa de la migración de campesinos a las ciudades, puesto que ya conocían otros oficios.

La escuela Ayllu resistió nueve años y pudo avanzar mientras contó con algún soporte gubernamental y con el  reconocimiento internacional.

El Presidente Germán Bush, el último en apoyar a Warisata, decretó que el 2 de agosto, aniversario de Warisata, fuera considerado como el Día del Indio; la ley de Reforma Agraria de 1953 fue promulgada un 2 de agosto, y ese día es ahora, por decisión del gobierno presidido por Evo Morales, Día de los Pueblos Originarios.

Al margen de los homenajes, mucho es lo que podemos aprender de la experiencia de la escuela Ayllu de Warisata, pero lo más importante tal vez sea esto: La educación rural es posible en la medida en que tenga perfiles propios y no sea mero calco de la educación urbana.

Para ello se necesita creatividad, compromiso y osadía, calidades que tuvieron los conductores de Warisata durante los nueve años que la escuela pudo sobrevivir.

Los Principios Pedagógicos de Warisata.

En cuanto a lo pedagógico, Warisata postuló:

  • La Escuela productiva.
  • El trabajo colectivo solidario.
  • El aprendizaje cooperativo y el aprender-haciendo.
  • La vinculación con la comunidad para favorecer el aprender-produciendo. La escuela del trabajo productivo, social, creador de riqueza para la escuela y para la comunidad.
  • La ayuda mutua, entre maestros y alumnos, alumnos entre sí, comunidad-escuela, bajo la dirección de los docentes.
  • La supresión del horario escolar y la supresión de los exámenes.
  • Reducción del tiempo de escolaridad y la coeducación, sin discriminación de sexos.
  • Educación Bilingüe.
  • Desarrollo de cualidades y aptitudes psicomotoras, mediante la plástica, la música y la educación física.
  • Supresión de aquellos contenidos que no respondan a las necesidades de los campesinos.
  • Alimentación e higiene como base para el desarrollo mental.
  • Supresión de las vacaciones anuales. Solamente se daba permiso para ausentarse en tiempo de siembra y de cosechas para ayudar a los padres.

FUENTES:

http://www.educando.edu.do/articulos/docente/la-escuela-boliviana-de-ayllu-de-warisata/

http://edu-boli.blogspot.com/p/escuela-ayllu-de-warisata.html

Nicolás Suarez y la casa Suarez

Nicolás Suárez Callaú, el Rey de la Goma, nació en Santa Cruz en 1851. Fue el menor de ocho hermanos concebidos de la unión de Rafael Suárez Arana, descendiente directo de Lorenzo Suarez de Figueroa, Español Gobernador de Santa Cruz que llego a estas Tierras en 1580, y de Petrona Callaú Vargas. El mayor de la estirpe, Pedro Suárez Callaú fue el primero en trasladarse desde la Región Cruceña de Portachuelo al Noroeste del País a mediados de la década de 1850. Fundó en la pequeña población de Reyes los cimientos de la Casa Suárez, Empresa creada para la exportación de la cascarilla.
Ante el éxito de la creciente empresa, sus hermanos menores le siguieron y se establecieron también en el departamento del Beni, creado sobre los antiguos territorios del Gran Moxos, Tierra de mitos y leyendas como la del Gran Paitití, con la participación de ellos, la casa Suárez diversifico sus negocios y comenzó a exportar el Caucho, como se conoce en el mundo la goma elástica.
A finales de la década de 1850 la empresa familiar expandió sus intereses y operaciones comerciales en la región central del oriente boliviano. La travesía para llegar al rió Madeira, vía fluvial que conducía sus exportaciones a los puertos del atlántico era larga y penosa.
A comienzo de la década de 1860 Pedro Suárez Callaú fijo su residencia en Santa Ana del Yacúma, donde mando construir una casona al estilo Victoriano en la acera este de la plaza principal, para tener el control desde el corazón de la amazonia boliviana de los negocios familiares.
A los 29 años de edad, Nicolás Suárez Callaú se embarco en una peligrosa aventura rio abajo al internarse en territorios inexplorados, navego hasta estrellarse con una gran cachuela que ya Edwin Heath había bautizado con el nombre de Esperanza en honor a su piloto fluvial. Nicolás Suárez Callaú allí fundo a principios de 1882, la primera barraca cauchera con el nombre de Cachuela Esperanza e hizo de ella la capital del imperio de la casa Suárez.
Una vez consolidada la nueva ruta fluvial, el imperio creció a pasos agigantados, los hermanos Suárez comenzaron a explotar y exportar la goma de manera intensiva y masiva a los mercados europeos y poco después a los Estados Unidos de América. Por mandato de Pedro, y siguiendo las instrucciones de Nicolás, en el año 1883 Francisco Suárez Callaú estableció en Londres la primera sociedad patrimonial vinculada a la goma bajo el nombre de Suárez Limited.
El progreso y los adelantos tecnológicos eran prioritarios en las inversiones de los Suárez. Modernizaron sus propiedades y haciendas y equiparon sus instalaciones, trajeron a los mejores arquitectos franceses e ingleses, quienes diseñaron y construyeron fastuosas residencias, canchas de tenis y jardines, sus establos llenos de caballos Árabes de Andalucia. En esa época Cachuela Esperanza ya contaba con agua potable, telégrafo, ingenio azucarero, destilería, ferrocarril, usina eléctrica y unos de los más modernos hospitales de América Latina, con el primer equipo de Rayos X que llego al país. Mandaron construir una réplica del teatro de Manaos, contaban con salas de cine entre otros muchos lujos de Londres y Europa.
La empresa cauchera más grande del mundo llego a controlar casi el total de la producción en Bolivia y monopolizó la comercialización del mismo, al cubrir 70% de la demanda mundial. Durante la fiebre del caucho tenía en Cachuela Esperanza cerca de dos mil empleados y miles de recolectores o siringueros desplegados en más de ciento cincuenta mil km2 de la amazonia boliviana. Los hermanos Suarez eran dueños de más de un centenar de casonas y otra cantidad similar de oficinas y depósitos a lo largo y ancho de los antiguos territorios de mojos. Titularon la mitad de sus dominios, cinco millones de hectáreas, en tierras de pastoreo con más de quinientas mil cabezas de ganado y tres millones de hectáreas con aproximadamente cien mil estradas gomeras. Poseían doce vapores sesenta remolques y otras tantas barcazas, la extensión de sus posesiones certificadas sumaban ochenta mil km2 superficie similar a Suiza y Holanda juntas, bienes por los que tributaban ingentes cantidades de dinero al tesoro general de la nación, por necesidades logísticas mantenían oficinas en ciudades de Manaos, Belem do para, Zúrich, Madrid, Liverpool, en Londres ciudad donde gestionaban las finanzas de su sociedad compraron dos mansiones, a la del área urbana la llamaron Santa Cruz y a la del área rural Beni.
Los hermanos Suárez Callaú y sus hijos valientes formados profesionalmente en Inglaterra, financiaron casi de forma integra la guerra del Acre, que confronto Bolivia y Brasil durante los años 1902 y 1903, durante la presidencia del General José Manuel Pando, este venerable general y su ministro de defensa, doctor Ismael Montes, estuvieron al frente del ejército boliviano durante la contienda. Enlazaron con la resistencia que de manera patriótica dirigían los Suarez quienes importaron con sus propios recursos costosos armamentos ingles para nuestras fuerzas armadas antes y durante la guerra con Brasil.
Nicolás en persona comando la gloriosa Columna Porvenir que derroto y expulso a los invasores brasileños en la Batalla de Bahía, hoy cobija capital del departamento de Pando. Continúo en la lucha hasta el armisticio de petropolis. Desde la fundación de Bolivia en 1825 la BATALLA DE BAHIA ha sido unas de las pocas victorias conseguidas por nuestro ejército en las diferentes guerras en que Bolivia ha tomado parte.
Pedro Suarez Callaú murió a fines de 1908. Nicolás, cumpliendo unos de sus deseos póstumos de su hermano, amplio al año siguiente la sociedad Suárez Hermanos & Company Limited, London, y la registro con un patrimonio declarado de setecientas cincuenta mil libras esterlinas en Guernsey, islas del canal. Esta sociedad, a través del tiempo, con espíritu patriótico y desprendido, entrego numerosos empréstitos a la república de Bolivia. El gobierno del General Pando aprobó una ley el 29 de noviembre de 1902, con la cual autorizaba a la casa Suarez emitir su propio papel moneda, que era admitido en pago por todas las oficinas fiscales y aduanas del noroeste de la república y el departamento del Beni.
Mientras tanto en el año 1876 la corona inglesa, por intermedio de su comisionado, un tal Wickham, logró llevar de contrabando desde la amazonia setenta mil semillas del árbol del caucho (heveas brasiliensis) e invirtió para ese cometido menos de dos mil libras esterlinas incluido el flete. Durante décadas, sus agrónomos utilizaron esas semillas para desarrollar y preparar cientos de miles de plantines, que sirvieron de base para las plantaciones industriales en sus colonias asiáticas de Malasia e Indonesia. En el año 1915 las plantaciones comenzaron a producir en gran escala. Gran Bretaña se convirtió en el primer productor mundial del Caucho y rebajo a la mitad el precio de la goma elástica en los mercados internacionales.

FUENTE:

http://historias-bolivia.blogspot.com/2017/08/la-casa-suarez-de-bolivia.html

 

Pablo Zárate, el temible Villka

Pablo Zarate «El temible Willka» estuvo casado con Aída Aguilar con quien tuvo 4 hijos, fue un prestigioso comunero, severo, inteligente y tenaz que nació en Imilla-imilla (Huancaruna) en la zona de Sikasika, desde niño su comunidad le transmitió la hazaña histórica de sus antepasados y la importancia del Kollasuyo.

Dotado de gran inteligencia y de mucho poder persuasivo, en el afán de conservar las tierras de origen, aprendió el castellano, a leer y a escribir en un tiempo en que esto era un delito para todos los indígenas en aquella época.

Impulsado por la tradición autóctona aymara, fue muy trabajador y tuvo cierto poder económico, pese a vivir en medio del abandono y del ultraje que debían soportar las comunidades, se comprometió desde muy joven a recuperar para el pueblo, lo que les pertenece desde los orígenes del continente.

El Willka Zarate es una de las figuras más fascinantes de la historia republicana del siglo pasado. Aimara de origen, nació en Imilla-imilla (muy cerca de Sicasica en la provincia Aroma del departamento de La Paz) hacia mediados del siglo XIX. Dedicado desde su infancia a las labores agrícolas, descolló pronto como líder de la región.

Fue uno de los apoderados indígenas que defendieron los derechos de propiedad de la tierra de los comunarios, desconocidos por el proceso de ex vinculación. Cuando la convocatoria de Pando a los comunarios y colonos para sumarse a la revolución de los federalistas, Zarate tenía una relación personal con el caudillo liberal (documentada por lo menos desde 1896) y era una autoridad indiscutida y reconocida por su pueblo.

Su deseo mayor era liderizar una sublevación genera que cambiara el destino de aimaras y quechuas. Su ambición personal está fuera de toda duda, él quería la jefatura de la acción y de lo que ella derivara. Esto lo convirtió en un mito y una leyenda.

Durante la campaña de 1899 demostró valor, capacidad militar y organizativa, tanto como una actitud implacable para ordenar la muerte de quienes consideraba sus enemigos. Apresado en abril de 1899, estuvo en prisión sufriendo todo tipo de vejámenes hasta que fue muerto en 1903 sin haber vuelto a la libertad.

Fuente:

https://www.educa.com.bo/la-republica/pablo-zarate-el-temible-villka

Darwinismo social en Bolivia

Alonso Contreras Baspineiro

A. Benjamín Fernández, el “Comte” boliviano, no se le habría ocurrido que esta corriente filosófica —el comtismo— entremezclada con el spenciarismo, allá en las postrimerías del siglo XIX, daría pie a una de las formas más sofisticadas de discriminación, cuando no apartheismo racial de las elites blancas bolivianas en contra de la masa de indígenas, aimaras sobre todo.

El profesor que enseñaba en la universidad pública de Sucre había tocado quizás sin proponérselo una teoría en boga, allá en Europa, entre 1880 y 1910: el darwinismo social. Mediante esa teoría se trataba de encontrarle una respuesta científica a la supervivencia del más apto, planteado por Darwin para explicar la preeminencia genética de unas especies sobre otras, pero aplicado al plano social, humano.

A los pensadores positivistas bolivianos que desde el coloniaje habían arrastrado un morbo mental por encontrar la supremacía de los gamonales asentados en las ciudades sobre la masa de indígenas que conformaban la mayoría del territorio boliviano, no les preocupó demasiado explicar en las universidades la clasificación y documentación de especies nativas en el ámbito de la flora y la fauna, y se enfrascaron en una campaña de endiosamiento de los “nobles karapanzas” en contra de los indios picoverdes. La teoría del darwinismo social les vino como el anillo al dedo.

El francés Alcides D’Orbigni, conocido por haber incursionado en tierras orientales bolivianas en busca de especies botánicas, le da un viso de cientificidad a los estudios sobre genética en Bolivia. Los exegetas nativos del darwinismo social, Gabriel René Moreno y Nicomedes Antelo, se aferran a esos estudios para emplazar sus teorías discriminatorias en textos de geografía que abarcan el contexto político del Alto Perú, inclusive. Hay una marcada preeminencia de aporte teórico que viene de Santa Cruz en esta etapa.

La región occidental recupera su sitial de importancia en el contexto científico boliviano con la creación de la Sociedad Geográfica de La Paz, en 1889. Autores como Agustín Aspiazu, Nicolás Armentia y Carlos Bravo, al adentrarse en tierras bajas para ampliar sus estudios, se dejan salpicar por el darwinismo social de los orientales.

Influencia del darwinismo social

En Europa, entre tanto, la influencia del darwinismo social va dejando su estela de nocividad entre quienes lo proclaman como teoría para sustentar sus aprestos racistas. Surge el nacional-socialismo de los seguidores de Hitler y Mussolini que, bajo esta doctrina, intentan implantar la hegemonía de la raza aria, y sentencian al aniquilamiento a castas sociales que consideran subalternas, como la judía.

Pero el darwinismo social no es sólo empleado por los aplicados alumnos del nazismo y el fascismo de Hitler y Mussolini. Se lo usa también en círculos socialistas como pretexto para desacreditar a sus máximos representantes, Marx y Engels, de quienes Armand Boucher, un socialista francés, dice que son impulsores del crimen organizado al plantear la lucha de clases como ideología central de sus postulados.

En Bolivia, por ese tiempo, se alimenta el ideario nacional con la teoría del darwinismo social, en publicaciones que aparecen en las bibliotecas ya no sólo de La Paz y Santa Cruz, sino también en Sucre y Cochabamba, con las obras de Modesto Omiste y Gabriel René Moreno, de clara tendencia pro-terrateniente, mejor dicho, gamonal.

Se usa la craneometría, como argumento falaz de la supuesta superioridad del caucásico sobre el indio, cuya capacidad craneana pesaba entre cinco y diez onzas menos que la del blanco, lo cual influía en la pobreza de su sangre y lo limitado de sus condiciones psíquicas. Bajo esa teoría se establece que tanto el indio como el mestizo no aportan para nada en la escala efectiva del progreso y que están condenados al exterminio para dar paso a la raza blanca.

José Manuel Pando, jefe del Partido Liberal, asimila literalmente ese panegírico al descendiente de la raza anglosajona y propone la eliminación progresiva de los  indios en la región oriental. No es casual, entonces, que en 1892 se produjera la masacre de los chiriguanos en tierras del Chaco. Los sobrevivientes de esa milenaria etnia (o pueblo indígena) fueron vendidos como esclavos a los dueños de los siringales en el Beni para la explotación del caucho.

Con el fin de flexibilizar el contenido xenófobo, discriminador y criminal del darwinismo social en Bolivia, que ya había comenzado su primera incursión sangrienta, algunos seguidores de esta doctrina, proponen instruir al indio para que de esa manera se ensanchara su capacidad craneana y, por tanto, tuviera posibilidades de ser insertado en el mundo civilizado.

Darwinistas criollos

Consecuentes con esa corriente de defensa del indio, una pléyade de escritores entre los que se cuentan Alcides Arguedas y Rigoberto Paredes, enfocan su resentimiento contra los mestizos. Ellos entienden que la mezcla de la raza blanca con la indígena, produjo esa lacra social que se encarga de castigar a los propios depositarios de su cultura. Para Arguedas, el aymara es un ser perfecto, puro, libre de complejos y vicios que son propios de los mestizos. Sus obras Pueblo Enfermo y Raza de Bronce son una prueba fehaciente de esos “principios”. En la misma línea se encuentra Franz Tamayo.

A contracorriente de Arguedas y Tamayo —defensores naturales del aymara— otros intelectuales proponen la supremacía del quechua, y consideran que una “cholificación” de los indígenas lograría ciudadanos preparados para encarar el progreso de Bolivia.

Entonces, esos enunciados de la dignificación del aymara, como del quechua, no pasaban   de ser un simple saludo a la bandera. En la práctica, los indios de los valles y de la puna continuaban discriminados, ignorados y explotados, como mano de obra barata. Ministerios y oficinas públicas eran recintos sagrados de los blancos e instruidos. Los marginados del campo, analfabetos y sin credencial, no tenían derecho a votar en las elecciones, trabajaban en la propiedad agraria del patrón y, no pocas veces, sus incipientes movilizaciones de protesta eran castigadas de manera severa, sino a través de escarmientos corporales, con masacres digitadas desde lo gobiernos sirvientes de los intereses gamonales.

Para ser consecuentes con la historia, los darwinistas sociales en Bolivia, pasan de ese conglomerado de teoría y literatura pro-terrateniente a la práctica, a partir de la Guerra Federal de 1899, que enfrenta a paceños y sucrenses. En esa contienda, que incluye a pobladores del altiplano norte contra gente del sur, hay una figura indígena descollante: Pablo Zárate Willca. Siguiendo los pasos de Túpac Katari, enfrenta a los “alonsistas” conservadores. Después de una inicial victoria de los liberales, Zárate Willca es engañado y hecho prisionero, hasta su ejecución en la plaza de Mohoza, junto con otros luchadores indígenas.

La masacre de Ayo Ayo, es otra muestra de descontento social de la masa indígena, y otra oportunidad para que los blancos, encarnados en la figura del presidente Pando, exterioricen sus lecciones de darwinismo social. La Guerra del Acre es una continuación de esa política  en un plano internacional.

El darwinismo social en tiempos contemporáneos

En años posteriores, la persecución y ensañamiento de los propulsores criollos del darwinismo social se extiende a los mineros. La masacre de Uncía, en 1943, durante la presidencia de Mamerto Urriolagoitia es el comienzo de una escalada de incursiones en los centros mineros de la Comibol, incluso hasta después de la Revolución de 1952. La masacre de San Juan, en la gestión de René Barrientos Ortuño, establece la persecución sistemática en contra del sindicalismo minero, el más organizado y combativo en el escenario boliviano.

La ultraderecha, aliada del darwinismo social, desmorona el incipiente proceso democrático para entronizar una generación de dictadores militares a cual más sanguinario. En el contexto latinoamericano, y bajo la doctrina de la seguridad nacional impulsada por la Escuela de las Américas, se procede a la eliminación física de cuanto líder de izquierda se hubiera osado a intentar implantar un sistema socialista. Surgen las figuras tristemente célebres de Stroessner, Videla, Pinochet que siembran de luto y terror sus países.

Bolivia no podía ser la excepción y con la batuta de Hugo Banzer Suárez,  en primera instancia, y Luis García Meza posteriormente, se procede a extirpar del país cualquier apresto de insurrección social dirigida a combatir la hegemonía empresarial y ultraderechista. Esa es una forma solapada de darwinismo social. Ya no se combatía sólo al indio —aymara o cholo— por razones étnicas o raciales, se había extendido esta doctrina mal empleada del pensamiento darwinista hacia esa otra capa social: los pensadores de izquierda. La idea era obvia, se buscaba eliminar al “autor intelectual” de los movimientos insurreccionales en Bolivia.

Fuente:

http://www.semanarioaqui.com/index.php/lectura/3363-darwinismo-social-en-bolivia

Formas de Democracia en Bolivia

En Bolivia rigió la democracia indirecta o representativa desde la promulgación de la ley del 13 de Agosto de 1825, adquiriendo jerarquía constitucional con la Constitución Bolivariana del 19 de noviembre de 1826, cuyos artículos 7, 8 y 9 establecían un Gobierno popular representativo, que la soberanía emana del pueblo, y su ejercicio reside en los poderes Electoral2, Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

La Constitución de 1861 normó por primera vez que “el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y de las autoridades creadas por la Constitución”, disposición que se mantuvo inalterable en su contenido4 hasta el 20 de febrero de 2004, en que se reformó el artículo 4, parágrafo I de la Constitución en los siguientes términos: “El pueblo delibera y gobierna por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la Iniciativa Legislativa Ciudadana y el Referéndum establecidos por esta constitución y normados por ley”.

Esta reforma constitucional, introdujo la democracia semi – directa o participativa y viabilizó la convocatoria a la Asamblea Constituyente que, el 6 de diciembre de 2007, aprobó el proyecto de Constitución; el mismo que después de haber sido debatido y consensuado con la oposición en el seno del Congreso Nacional, fue sometido a referendo popular el 25 de enero de 2009.

De acuerdo con el artículo 11 de la Constitución Política del Estado, la democracia se ejerce de las siguientes formas:

  1. Democracia directa y participativa, ejercida a través de la iniciativa legislativa ciudadana, el referéndum, la asamblea, el cabildo y la consulta previa.

 

  1. Democracia Representativa, ejercida por medio de la elección de representantes por voto universal, directo y secreto.
  2. Democracia Comunitaria, ejercida por medio de la elección, designación o nominación de autoridades y representantes por normas y procedimientos propios de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, entre otros.

Mecanismos de Participación Popular
Constituyen mecanismos de participación del pueblo boliviano, en la toma de decisiones, los siguientes:

El referendo es una institución democrática a través de la cual el cuerpo electoral expresa su voluntad respecto a un asunto o decisión que sus representantes constitucionales o legales someten a consulta.

La iniciativa legislativa ciudadana, otorga al pueblo la facultad de presentar un proyecto de ley al Órgano Legislativo para que lo considere, caso contrario, puede convocarse a un referéndum popular.

La revocatoria de mandato, es un procedimiento a través del cual los electores pueden destituir a un representante, con anterioridad a la expiración del período para el que fue elegido. De acuerdo con el artículo 240 de la CPE, la revocatoria del mandato se desarrollará conforme a las siguientes normas básicas:

  1. a) Mandatos revocables: Todos los cargos de elección popular.
  2. b) Oportunidad: Podrá solicitarse cuando haya transcurrido al menos la mitad del periodo del mandato y no podrá efectuarse durante el último año de gestión. Procederá una sola vez en cada mandato constitucional del cargo electo.
  3. c) Procedencia: Por iniciativa ciudadana, a solicitud de al menos el quince por ciento de votantes del padrón electoral de la circunscripción que eligió al servidor público correspondiente, excepto los cargos electos del Órgano Legislativo, cuya revocatoria podrá ser promovida por el Consejo de la Magistratura (actual Consejo de la Judicatura).
  4. d) Efectos: Producida la revocatoria de mandato el afectado cesará inmediatamente en el cargo, proveyéndose su suplencia conforme a ley. En el caso de revocatoria del mandato popular del Presidente, asumirá el cargo el Vicepresidente, quien convocará de forma inmediata a elecciones a la Presidencia del Estado a realizarse en el plazo máximo de noventa días.

La Asamblea que es una reunión de representantes y el Cabildo que es la reunión de los gobernantes de un municipio con los ciudadanos, para generar proyectos de ayuda a la comunidad. De acuerdo con el artículo 11 de la Constitución, “las asambleas y cabildos tendrán carácter deliberativo” y no de decisión.

La Consulta Previa que consiste en consultar a los pueblos indígena originario campesinos, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente. Del mismo modo, el artículo 352 CPE determina que la explotación de recursos naturales en determinado territorio estará sujeta a un proceso de consulta de la población afectada.

Fuente:

https://sites.google.com/site/claudiaportugaljoffre/formas-de-democracia-en-bolivia